Los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC han recopilado siete tecnologías y tendencias que, si se integran en programas pedagógicos punteros, jugarán un papel decisivo en el futuro de la educación. Algunas de estas tendencias ya se analizan en el máster de Educación y TIC (e-learning) de la UOC.

Se trata, por ejemplo, de las tecnologías de realidad extendida, que permiten generar entornos reales y virtuales interactivos. Estos serían útiles para la visualización y comunicación de datos y procesos. Su generalización dependerá de la mejora de la velocidad de conexión, cosa que posibilitarán la introducción de tecnologías 5G.

La automatización también será una buena aliada, ya que permitirá encargar a robots tareas rutinarias como la elaboración de calendarios o aspectos sencillos del feedback. Por otro lado, la gran masa de datos que puede recogerse en los procesos educativos hace posible elaborar analíticas de aprendizaje que facilitan la detección de problemas y aciertos.

Sin embargo, el cambio no vendrá de la mera introducción de tecnologías: hay que cambiar asimismo la concepción de la calidad y sostenibilidad educativas. Una idea que apunta hacia esta transformación es el aprendizaje adaptativo, que procura adaptar las actividades al estilo de aprendizaje de cada estudiante animándolo a tomar sus propias decisiones formativas.

Este self-paced learning sólo tendrá sentido si es accesible para todo el mundo. Los recursos educativos abiertos serán fundamentales desde la perspectiva de la producción democrática de conocimiento. En cuanto a su reconocimiento, destacan los Open Digital Badges, que certifican competencias.

Otra de las claves del futuro será, precisamente, el trabajo por competencias ligado a la creatividad, los Fab Labs y la cultura maker. Además de facilitar su reconocimiento, las tecnologías permiten mejorar su desarrollo (por ejemplo, dando forma a objetos diseñados con código gracias a las impresoras 3D).

Por último, los expertos insisten en la necesidad de integrar todos estos avances. Los smart learning environments fomentan metodologías activas de aprendizaje que mejoran el bienestar en las aulas, y que integran la dimensión pedagógica, la ambiental y la digital.

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